Trípode, cámara y acción: coberturas para televisión
Como Agencia de Comunicación, una de nuestras principales tareas es la grabación y edición de contenidos para televisión de todos aquellos hechos noticiables que acontecen en las provincias de Alicante y Murcia. Las coberturas para medios nacionales se han convertido en una herramienta fundamental para dar a conocer nuestro trabajo de búsqueda, análisis, redacción y emisión de contenidos de interés general.
Como el título de este post indica: trípode, cámara y acción, estos tres pasos son los imprescindibles a la hora de grabar imágenes para cualquier noticia o evento. En el sector de la comunicación, no todo es tan rápido y sencillo como puede parecer de un primer vistazo.

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La preparación (producción) y el resultado final obtenido tras el tratamiento y procesado de las imágenes (postproducción) son fases igual de importantes del proceso sin las cuales, incluso con los mejores recursos técnicos y humanos, una cobertura informativa se puede venir abajo.
Tiempo. Localización. Fuentes. Material. Personal. Si no se tratan con absoluta prioridad cualquiera de los anteriores elementos las posibilidades de que se pierda una noticia o evento, incluso antes de que empiece, son muy elevadas.
Producción para televisión: la fase inicial
El productor es el encargado de recibir y comunicar los primeros datos de una noticia a su equipo. A partir de ese momento, todo se convierte en una carrera contra el reloj para ser lo más eficaz, profesional y rápido posible.
No solo será importante tener claro el lugar y el momento en el que se ha producido la noticia, también el tiempo que se tarda en llegar y, una vez allí, con quién hablar o de quién se puede obtener más información.
Y aunque el productor es, sin duda, el elemento más importante durante los momentos iniciales de una cobertura informativa, cámara y redactor recogen el testigo en cuanto el equipo se pone en marcha.
Esta dupla, que puede variar en número y tipo de profesional según las características de la noticia en cuestión, será la encargada de asegurar que el evento o suceso sea grabado en las mejores condiciones posibles y con todos los puntos de vista, tanto personales (protagonistas) como técnicos (variedad de planos).
En cuanto al equipo, la cámara, trípode, micrófono y los correspondientes cables de conexión de audio y vídeo son los elementos básicos para realizar una cobertura informativa para televisión en óptimas condiciones.
Grabación: el grueso del trabajo
Una vez el proceso de producción ha terminado, es decir, el equipo ya está en el lugar de la noticia con el equipo adecuado, comienza la parte esencial del trabajo: la grabación.
Y aunque ambos trabajaran codo con codo durante el proceso, sus responsabilidades son bien diferentes.
Mientras que el redactor debe estar preparado previamente sobre el tema a tratar para realizar las preguntas adecuadas o saber qué elementos deben tener prioridad en la grabación, el cámara se encargará de los aspectos puramente técnicos.
La calidad de la imagen y de sonido serán las responsabilidades del operador de cámara que mediante un balance de blancos, comprobación de la iluminación del lugar y una prueba de audio se asegurará de que todo funciona correctamente.

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A partir de ahí, el equipo deberá valorar el tiempo invertido para la grabación y ponerlo en una balanza junto con la prioridad que tiene el tema a tratar.
Cada producción audiovisual es diferente, y mientras que hay temas que pueden esperar, las noticias para televisión, generalmente, tienen una fecha de caducidad. Hoy en día, está más acentuada si cabe debido a que su primer consumo se produce en Internet, donde la inmediatez es el principal factor que valoran los usuarios y consumidores.
Una vez el equipo tiene todo el material audiovisual necesario será el momento de iniciar el camino de vuelta para llevar a cabo el paso final antes de entregar el trabajo al cliente.
Postproducción: un producto para cada cliente
Durante la última etapa de la cobertura informativa para televisión se realizarán las tareas necesarias para la presentación final del material según las indicaciones del cliente, y éstas pueden variar tanto en cantidad como en profundidad dependiendo de las directrices acordadas previamente.
Una televisión nacional, por normal general, requerirá unos tramos de vídeo con declaraciones (totales) e imágenes del lugar de la noticia (recursos), para su posterior edición por parte de sus propios redactores. Por otra parte, las televisiones locales, instituciones o empresas suelen optar por una pieza audiovisual editada, locutada y rotulada, para su presentación final al usuario o cliente.
En cualquiera de los casos anteriormente mencionados es imprescindible una edición tanto del vídeo como del audio.
Será imprescindible comprobar y nivelar el sonido para que durante toda la pieza se escuche con claridad las declaraciones y el sonido ambiente no interfiera a no ser que sea absolutamente necesario.
Edición: el lenguaje de la televisión
La edición de vídeo, como otras disciplinas audiovisuales, tienen un lenguaje propio con unas reglas que hay que seguir a no ser que se quiera dar, intencionadamente, un efecto diferente al habitual, aunque estos casos serán excepciones.

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Un plano general, seguido por uno medio y finalizando con un primer plano, será la concatenación básica de planos para situar al espectador en el lugar de la noticia y, posteriormente, para identificar a los protagonistas.
Cuanto mayor sea la variedad y longitud de planos que ha grabado el cámara mayores serán las posibilidades que tenga el editor responsable para producir un vídeo rico y variado. Asimismo, cuanta mayor sea la pericia y experiencia del editor, mayor capacidad tendrá para saltarse patrones básicos de montaje sin que el resultado final se vea afectado negativamente.
El tiempo es oro
La longitud del mismo y de las declaraciones pueden variar en función del contenido y tipología del vídeo pero en el caso de una noticia, unas declaraciones que superen los 15 segundos ya se consideran de una longitud excesiva.
En la era de la información actual, con la cantidad de competencia en la Red y lo difícil que es mantener a un usuario atento a un contenido, la cantidad no siempre es un factor positivo. Hay que saber diferenciar entre un contenido abierto al público, que suele preferir una pieza editada entorno al minuto de duración o a otro de consumo interno o institucional, que puede ver aumentada su duración ya que van destinados a un público totalmente diferente.
Los contenidos para televisión puramente informativos no suelen utilizar técnicas de corrección de la imagen o el color, más allá de la iluminación. Sin embargo, otros tipos de contenidos sí que suelen requerir un proceso de etalonaje, mediante el cual no solo se corrige la luminosidad, también el color y el contraste para dar el efecto deseado.
Rotulación y grafismo: una edición casi terminada
El último paso, una vez se tiene el vídeo final totalmente editado y listo para su distribución, será la inclusión de rótulos y otros efectos de postproducción tales como animaciones o efectos digitales que le den un aspecto más enriquecido al producto final.

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En cualquier caso, cada fase de este proceso variará en cantidad y tiempo invertido dependiendo de las necesidades y presupuesto del cliente.
El hecho de contar hoy en día con múltiples herramientas para añadir elementos a un vídeo no quiere decir que se deban utilizar todas. Lo que se quiere contar, el mensaje, debe ser el elemento que el equipo debe tener siempre en la cabeza y valorar, a cada paso del proceso, si cada vez que añadimos o corregimos un elemento estamos ayudando a entorpeciendo a la difusión de ese mensaje.
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